29.11.05

Bienvenida a López Obrador

Image Hosted by ImageShack.us
Andrés Manuel:
Quiero hablarte del paisaje donde nací: está tierra dura, desquebrajada, que año con año espera unas lluvias que sólo miran de reojo. Es una tierra que ha hecho duros también a sus hombres, a fuerza de arar una piel delgada y triste, bajo los sombreros de ala ancha y los matorrales de espina. Por algo llamó Agustín Yañez a los Altos de Jalisco “las tierras flacas”.

A nombre de los ciudadanos que hoy te acompañan, te ofrezco una grata estancia. Seguramente la tendrás, pues Lagos de Moreno lleva esa vocación desde que fue fundada, en 1563. Por eso construyó caminos a todos los vientos, mesones y estancias para el reposo de norteños, capitalinos, extranjeros o los que vienen del trópico como tú.

Lagos de Moreno no es la mejor ciudad de este mundo, pero es la única que poseemos y a la que hemos construido, golpe a golpe, lejos de Guadalajara y aún más (lejísimos) de la Capital de la República. Esta iglesia que ves fue levantada por una villa de solamente nueve mil habitantes, en el siglo XVIII. Todo lo hacemos por tercos y en la adversidad.

Hace casi dos siglos, un laguense, el licenciado Francisco Primo de Verdad y Ramos, proclamó la soberanía del pueblo mexicano ante la metrópoli española. No tenía escapatoria, pero era justo hacerlo. Pedro Moreno se levantó por la independencia cuando estaba casi sofocado el movimiento. Fue abatido y decapitado. Mariano Azuela fundó la novela revolucionaria atrincherado en la sierra, luego se exilió del país. Alfredo R. Plascencia, el poeta de Jalos, escribió sus mejores poemas desterrado por el arzobispado en un pueblo sin nombre. Manuel González Serrano pintó sus profundas tristezas en el manicomio. Hoy, nuestros hermanos cruzan la frontera porque Los Altos son tierra no prometida. Algunos no regresan más.

Como la tierra, somos duros, pero entrañables y productivos. Encendemos las mañanas con el arriero, se ordeña la vaca, levantan los albañiles pedazos de ciudad, y le damos a México nuestro producto. Deberás, Andrés Manuel, comer la tuna de Ojuelos, los quesos de Lagos y echarte al hombro un zarape de Teocaltiche. Deberás, digo, porque ya te estamos llamando. Deseamos compartir tu proyecto de nación, aún en la adversidad y con el yunque al cuello. Esta es una región donde ser librepensador y ejercer la libertad se goza más porque más fuertes son las cadenas. Nos estan dormidos campesinos, obreros, universitarios, profesionistas, amas de casa y alteños en los Estados Unidos.

Andrés Manuel, tu paisano Carlos Pellicer escribió: Trópico, para qué me diste las manos llenas de calor, todo lo que toque se convertirá en sol. Estoy seguro, que tú también vienes con las manos llenas de calor. En Lagos de Moreno y en todos los Altos de Jalisco, somos muchos los que te ofrecemos las nuestras para convertir este país, de una vez por todas, en sol. Bienvenido a casa.


6 de octubre de 2005

1 comentario: