6.5.15

¡Cuidado con los Idus de marzo!


Uno. En tiempo de los romanos, los Idus de marzo eran fechas de buenos presagios en las que convivían la observancia religiosa y el placer: o sea un soberano festín. Sin embargo, en el año 44 a.c. se ennegreció el ambiente, pues el emperador Julio Cesar fue linchado por una turba de senadores, a pesar de que había sido advertido por un vidente con la célebre, lapidaria y supuesta frase “¡cuídate de los Idus de marzo!”.
Dos. Dos mil cincuenta y seis años después, Los Idus de marzo regresaron en versión impresa y con presagios de luz para la literatura, pues un colectivo de jóvenes en Lagos de Moreno, la mayoría estudiantes y egresados de la licenciatura en Humanidades, decidieron lanzar una publicación cuyo principio es la reflexión sobre la realidad mediante el uso de la palabra. Como toda generación emergente, la falta de espacios para el diálogo y la creación los movió a publicar su obra en una revista que a un año de fundada tiene ya ocho números. El comité editorial que jala las riendas del proyecto está conformado por Paúl Martínez, Nancy Cedillo, Paúl Carrillo, Isabel Escobedo y Román Villalobos, así como dos que trés satélites con la misma energía literaria.
            Tres. Las páginas de Los Idus de marzo tienen apertura a diversos géneros y artes, sin embargo, es la poesía quien se corona e impera sobre los demás en una sección llamada Prístina, donde se han alojado autores locales y de otras ciudades del país, la mayoría nacidos en las décadas de los ochenta y los noventa. Algunos de sus colaboradores han sido Xel Ha López Méndez, Diana Narváez, Rogelio Ornelas, Arehf Palacios, Elizabeth Limón, Daniel Bencomo, Juan Caifán, Fátima Meza, Aleqs Garriogóz, Zaira R. Gómez o Mónica I. Maltez, entre otros.
Cuatro. Sin menoscabar otros proyectos, Los Idus de marzo tienen hoy la voz dominante de la literatura que se construye desde Lagos de Moreno, pero sin buscar efectos localistas. Por el contrario, se expanden como la hiedra, mediante redes con autores en diversas regiones, una posición crítica al status quo de nuestro país y una aspiración a la rebeldía social. De ahí que hayan desprendido otros proyectos como el colectivo Atentados poéticos, desde el cual escriben y ofrecen lecturas en solidaridad con los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos el año pasado. Como ellos mismos lo mencionan a manera de postulado: “Construir  en principio desde la lamentación, desde el sonido, desde la palabra, es ya el comienzo de un nueva narrativa de lo diario. La palabra tiene el poder de nombrar, revelar, crear y dar sentido a lo incomprensible, esto no es algo que vengamos a descubrir, sino que simplemente intentamos recordar”[1].
Cinco. Este año es apenas una revelación de lo que estos jóvenes ofrecerán más adelante: una palabra enérgica pero sin arrogancia, y una actitud sensible, pero sin lloriqueos. Cuidado, pues, con Los Idus de marzo, a quienes puedes encontrar también en las redes sociales y en https://losidusdemarzorevista.wordpress.com.


[1] Los Idus de Marzo, No. 6, Otoño 2014, p.1