5.12.10

El abrazo de Ixtab*


Alfonso Gorozpe Utrilla es un joven que despunta en el mundo literario. Ha ganado un premio en España y su vida de soltero ronda entre el alcohol, las mujeres y una actitud nihilista. Una mañana despierta en medio de la resaca. El espejo, como símbolo de autoconocimiento, sacude la primera reflexión del personaje: “No sé cómo se atreve uno a enfrentarse al reflejo revelador al día siguiente de una juerga”. En ese trance recibe una noticia: debe viajar a San Cristobal de las Casas, Chiapas, porque una tía solterona ha fallecido y le ha heredado sus bienes.
Con estos dos incidentes se abre la trama de El abrazo de Ixtab, novela reciente de Óscar Palacios donde el sujeto en crisis se pregunta quién ha sido y hacia dónde va. Como en la tragedia clásica, termina por entender que los enemigos existenciales no viven en la periferia, sino cuerpo adentro y en la relación con los más cercanos: la sombra de la madre, el amigo que traiciona, la pareja inasible, las derrotas personales y los anhelos incumplidos.
El protagonismo de Alfonso es arrancado en ciertos pasajes por la sombra de San Cristóbal de las Casas, sitio que se anuncia desde el primer capítulo y que representa un paradigma de la ciudad media mexicana, esa en la cual se confabulan los demonios, enaltecidos por las pasiones humanas y su destino inevitable, pero donde también se salvan o redimen las inquietudes de quienes la habitan. Lo dice el mismo Alfonso cuando narra su viaje hacia San Cristóbal: “Y comenzamos a subir rumbo al cielo”. El cielo es, en efecto, una metáfora de los presagios que le esperan. Estos van cayendo a cuentagotas a través de los objetos, las personas y el clima de una ciudad sólo conocida por citas familiares: una calle solitaria, un peatón torpe, una casa hermética, una habitación tapiada, una mujer de silencios. Todos tienen los signos del tiempo, la revolución, la guerra cristera, los años sesenta, la religión, la familia y sus complejos, pero no se enuncian a la primera, sino que van abriéndose lentamente.
Al igual que Hamlet, el delirio es el vehículo por el cual Alfonso Gorozpe encuentra y reconoce los equívocos de la vida. En uno de ellos dice:

¿Dónde está la vida? ¿Dónde está mi vida? La viví o la imaginé. No hay tiempo de
respuesta. Ahora no entiendo en qué tiempo y espacio estoy. Todo es sombra, sólo
sombra.

Es entonces que el referente de Ixtab, la diosa maya del suicidio, se encarna en Amanda, un personaje no aleatorio, sino definitivo de la novela. Amanda es la la justicia que enfrenta Alfonso en el momento del suicidio espiritual, quien lo acompaña a despejar el pasado, desnudar el presente y absolverse. En la novela, Amanda es casi un sueño, una velada fuerza que transforma, como si no tuviera más rol que ennoblecer los delirios de Alfonso. Aún después de releer la historia se pregunta uno si Amanda es un desdoblamiento de la vida o un asomo de la muerte. Y es, paradójicamente, el único de los personajes sin pretensión real de influir sobre Alfonso.
El discurso de la novela es fluido y nos dibuja diversos senderos de la cultura nacional. Óscar palacios es un novelista convencido de que la realidad y la ficción son indivisibles. La novela es un recipiente en el que se bosquejan innumerables citas de escritores y políticos, de canciones populares y pasajes históricos, de la geografía y del tiempo mexicanos. Es, por tanto, un mapa del país en el cual todos somos concurrentes y nos reflejamos.
Con El abrazo de Ixtab, Ediciones Papalotzi abre su espacio a la novela. Óscar Palacios es hoy un escritor maduro, cuya narrativa no procura emparentarse a los altos cielos. Por el contrario, vuela a ras del piso, en las cosas cotidianas y en la mal llamada “provincia” mexicana. Con ejemplos como este, tenemos la certeza de que la narrativa del país se desplaza por caminos estables.

Palacios, Óscar. El Abrazo de Ixtab. Prólogo de Cathy Fourez. Ediciones Papalotzi. Guadalajara, 2010. ISBN 978-607-003606-4. 152 pp.

25.10.10

¡Comienza la fiesta Papalotzi!







Empiezan las actividades por el 6° aniversario de Papalotzi. Adjunto los carteles oficiales y los esperamos.



23.10.10


Alguna vez leí un libro sobre el suicidio en una colección de bolsillo que se llamaba Duda, publicada allá en los años setenta por La Prensa (¿o sería por una revista homónima que trataba temas de extraterrestres, fantasmas y demás “misterios”? No lo sé). En aquel libro, el testimonio de una mujer con tendencia suicida fue móvil para que yo escribiera mi cuento llamado Inmóvil, que trata sobre una niña empecinada en ir todos los días al jardín de su casa a “morirse”.
Inmóvil es, entre los de La tentación, el texto que más comentarios me ha entregado, quizá por romántico o por sus aspiraciones góticas. Fue también la primera colaboración que entregué a la red, cuando Leya la subió al portal de Chatmaniacos en el 2000. Además, tiene un guión para cortometraje que se quedó enlatado antes de nacer.
Hace tiempo recibí de Romina Vázquez, una buena alumna de arquitectura, este pastel inspirado en el cuento. Desde el césped, el personaje mira desbandarse los pájaros, mientras su mano, en primer plano, se abre como un presagio. Un buen tema para las lunas de octubre.

16.9.10

Lagos de Moreno, Patrimonio Cultural de la Humanidad


(Foto. El Informador)
En esta época de bicentenarios, guerras vacuas, ejecutados y alianzas políticas hay noticias que nos ofrecen un solaz espacio. Una de ellas es la reciente declaración del Camino Real de Tierra Adentro como Patrimonio Cultural de la Humanidad, realizada por la UNESCO el pasado 3 de agosto en Río de Janeiro, gracias a la gestión que hizo durante algunos años el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
De acuerdo con la UNESCO, “El Camino Real de Tierra Adentro, también conocido por el nombre de ‘Camino de la Plata’, comprende cinco sitios ya inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial y otros 55 sitios más situados a lo largo de 1.400 de los 2.600 km de esta larga ruta que parte del norte de México y llega hasta Texas y Nuevo México, en los Estados Unidos. Utilizado entre los siglos XVI y XIX, este camino servía para transportar la plata extraída de las minas de Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí, así como el mercurio importado de Europa. Aunque su origen y utilización están vinculados a la minería, el Camino Real de Tierra Adentro propició también el establecimiento de vínculos sociales, culturales y religiosos entre la cultura hispánica y las culturas amerindias”.
Uno de esos 55 sitios señalados por UNESCO es el Centro Histórico de Lagos de Moreno “y su puente”, con una extensión de 29.08 hectáreas y 92.25 hectáreas de amortiguamiento, además de la hacienda de Ciénega de Mata, con 2.4 hectáreas de extensión. También fueron incorporados el Fuerte y un puente virreinal en Ojuelos, así como el cementerio de Encarnación de Díaz.
Para la sociedad de Lagos es una noticia que alienta la permanente defensa de su patrimonio, pues el éxito de esta empresa recae no sólo en el INAH, sino en los esfuerzos que por décadas han realizado incontables laguenses por conservar, mantener y prorrogar la identidad de la ciudad, sus inmuebles históricos y la armonía de su Centro Histórico. Hay una larga historia de luchas para abatir los atentados contra nuestro patrimonio. Recordemos tan sólo la labor de gente como Agustín Rivera, José Amador Villagrán, el arquitecto Salvador de Alba, el periodista Carlos Gómez Mata, la asociación Patrimonio Arquitectónico Laguense (PARLA), el mismo gobierno municipal y muchos otros que no terminaría de mencionar.
Ya en 1989 se había obtenido un logro con el Decreto Federal de Zona de Monumentos Históricos y la posterior catalogación de más de 600 bienes inmuebles por parte del CONACULTA y del INAH. Ahora es tiempo de incorporar nuevos procesos de trabajo y participación social en un caso inédito. El compromiso de ser Patrimonio Cultural de la Humanidad va más allá de las acciones desarticuladas o de iniciativas informales.
Por otro lado, es la tercera ocasión que Jalisco se beneficia con una declaratoria de esta envergadura (después del Hospicio Cabañas y del Paisaje agavero), sin embargo, la noticia no corrió con la desbordada emoción que yo hubiera supuesto por parte de las autoridades estatales, ni se transmitieron cápsulas televisivas, como sucedió con el caso del paisaje agavero, seguramente porque los municipios involucrados están a infinita distancia de la capital y porque su potencial económico no tiene los mismos horizontes que los de la industria tequilera. Qué mal pensado.
Ahora corresponde a las instancias correspondientes generar los programas de conservación pertinentes y cumplir con los lineamientos establecidos por la UNESCO. Es sólo el inicio de una historia en la que habrán de librarse diversas batallas. La primera de ellas: transformar a subdelegación la actual ventanilla de atención del INAH, que bien hace falta desde hace años. Felicidades, Lagos de Moreno.

7.8.10

Juegos florales de Lagos 2010



El periodista bieloruso Ryszard Kapuscinski, escribió lo siguiente sobre la relación entre el poder y el individuo de nuestro tiempo:

La gente teme ser absorbida, despojada, que se le homogenice el paso, la cara, la mirada y el habla; que se le enseñe a pensar u reaccionar de una misma manera, que se le obligue a derramar la sangre por causas ajenas y, finalmente, que se le destruya. De ahí su inconformismo y rebeldía, su lucha por la propia existencia y, en consecuencia, por su lengua.

El despojo a que se refiere Kapuscinski, tiene en la literatura uno de las resistencias permanentes y ha dado a nuestra historia universal personajes y obras profundas que sostienen la supervivencia del individuo sobre los intereses del poder sólo con una herramienta: su palabra.
Paradójicamente, el buen escritor está inconforme con su propia lengua, de ahí su constante batalla por embellecerla o dotarla de nuevos paradigmas, sabe que las lenguas vivas reverdecen cada día y se insertan en campos semánticos novedosos como la tecnología, la juventud, las causas sociales y la conectividad entre naciones.
En este contexto, es elogiable la participación de escritores libres en certámenes que tienen en la palabra la sustancia fundamental, como en este caso. También lo es el interés del Comité Organizador por renovar el modelo de Juegos Florales en un mundo que exige la ruptura de protocolos añejos, insostenibles por sí mismos, y en el que la lectura compite día a día con modelos de comunicación audiovisuales y con el hipertexto, ese hermano menor del texto impreso, pero que parece ser de más interés sobre todo en los jóvenes.
Como parte del jurado calificador, en el cual me acompañaron los escritores Laura Solórzano y Juan Pablo Torres, estoy satisfecho por la calidad de los trabajos recibidos, ya que algunos de estos son dignos de difundirse o ya deben ser publicados. Si decidimos no otorgar menciones honoríficas fue por mantener el anonimato de los no ganadores y porque tienen posibilidad de participar en otros certámenes.
Las múltiples voces que llegaron a Lagos manifiestan la permanencia de la palabra en el quehacer del mexicano, del ámbito rural al urbano, del discurso callejero a elaboradas figuras de lenguaje y de la preocupación estética a posiciones sociales y políticas.
Los trabajos ganadores tienen su particularidad. José Francisco Márquez Alonso, con su poemario titulado Objetos vivos, eleva al campo de lo estético esos objetos elementales en los que se construye el día común: el trapeador, el estropajo o la mesa, en un espacio poético sensible y lúdico.
Por su parte, Juan Casas Ávila participó con un conjunto de cuentos en los que el humor ácido, el uso de la estructura circular y la tragedia humana se entrecruzan en una narrativa de aires posmodernos
En resumen, los escritores ganadores de este certamen pertenecen al tipo de individuos que Kapuscinski describe, los rebeldes que no dejan de ser amorosos con la palabra.

18.7.10

Tex Tex, Rita Pérez y la rotonda


Deambulando por Youtube, me topé con esa canción que dice: “Oh mamá / yo no quiero estudiar / quiero ser policía judicial / igual que mi papá”. Sí, señor, se trata de Paco, Lalo y Chucho, los integrantes de Tex Tex, esa legendaria banda del merito Texcoco reconocida por sus caritas feas y por rolas como “El hijo desobediente”, “Te vas a acordar de mí”, “Me dijiste” o “Yo no maté al Sheriff”.
Alguna vez me sumé al slam que los muñecos invocaron en la etílica Feria de San Marcos, cuando aún no llegaba a los veinte años y quería mover el esqueleto a como diera lugar. Lalo Tex nos dijo entonces que su mamá nunca le auguró llegar a rock star, pues estos son altos, guapos y flacos, mientras que él era chaparro, gordo y feo.
La figura de los Tex Tex (nacos y cachetones) no representa capital para la gran industria del rock que mueven ciertas trasnacionales, por lo que esta banda chilangona ha tenido que seguir en la periferia de los círculos nice y azotar su música en festivales y toquines de la comunidad arrabalera y de los rocanroleros comunes, sumando más de veinte años en el escenario, y los que vienen.
Seguramente no accederán a los círculos de la oferta mediática y quedarán a la sombra, como ha sucedido con doña Rita Pérez de Moreno, una mujer que hasta hoy permaneció opacada por los emblemáticos artífices de nuestra Independencia, pero no por méritos menores, sino porque la historia oficial ha definido rangos de patriotismo y fama en los que no figuran esta sanjuanense heroica ni muchos otros mexicanos.
Resulta que la diputada local Rocío Nakamura anunció hace tiempo que el próximo 27 de agosto serán trasladados los restos de doña Rita Pérez de Moreno a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, en otra medida más para justificar el presupuesto estratosférico con el que se “festeja” el famoso bicentenario de la Independencia.
Rita Pérez acompañó a su esposo Pedro Moreno en la defensa del Fuerte del Sombrero, en un episodio intenso de la lucha por constituir este país. Una vez consumada la independencia de México, decidió recluirse en su natal San Juan de los Lagos. Ahí vivió hasta los ochenta años y ahí decidió morir. Resulta impertinente que ahora la depositen en una ciudad ajena, en la que nunca vivió, y que deba compartir un sepulcro en condominio, donde ni todos los ilustres están ni todos los que están son ilustres, sobre todo esos “beneméritos” sindicales y partidistas que han llegado últimamente a esa morada.
Es también preocupante que el Ayuntamiento de San Juan de los Lagos no haya considerado otro fin para sus restos y los entregue así nomás. La defensa del patrimonio debe ser prioridad de los municipios, aunque se enfrente a decisiones que contrapongan las expectativas del estado o de la federación. Este municipio será “recompensado” con una estatua a la insurgente, seguramente otra insignia acartonada de bronce como las hay por cientos en todo el país.
Es como si a los muñecos de Tex Tex los quisieran meter por la fuerza al Rock Hall de Cleveland.

27.3.10

Yo soy yo


A Fernando Solana Olivares


Fue en el Jardín de niños cuando por vez primera descubrí que yo era yo. Mi madre, como las de mis compañeros, acostumbraba llevarme el lonche a la hora del recreo. Una mañana de tantas salí del salón de clases y corrí a la reja del zaguán, donde se congregaban mis compañeros para recibir la lonchera, un beso o algún recado familiar.
Sin embargo, no vi a mi mamá entre las otras mujeres. Esperé unos diez minutos y me impacienté tanto que decidí “ir a casa” a buscarla, sin importarme la escuela. Algo debió sucederle, pues era su costumbre llevar puntualmente mi sándwich y mi jumex.
Supongo que entonces no era tan estricta la vigilancia como hoy, pues no recuerdo haber tenido problema al cruzar el zaguán, entre falda y falda, y salir directo a casa. Son bonitas las escapatorias sencillas.
Nunca había andado sólo en la calle a esas horas, pero no tenía chiste, pues conocía la ruta de todos los días. Había qué cruzar el barrio de la Purísima y listo. A cinco o seis cuadras estaría mi mamá.
Llegué a casa y toqué la puerta, pero nadie salió. Pensé “puede estar con mi tía Lupe, que no vive tan lejos”, así que fui allá, con tan mala suerte que tampoco salió alguien a mi llamado. Me quedé parado como menso, sin mamá, sin tía Lupe, sin sándwich y sin jumex. No había otra opción. Volví a la escuela como un navegante fracasado. Mi sorpresa fue encontrar a mi madre con el lonche y a la Directora, esperando en el zaguán con cara de espanto. Había terminado el recreo y a Dantito no lo encontraron por rincón alguno.
—¡Dónde andabas, demonio! —dijo mi mamá llevándose a la cabeza las manos. Luego me dieron un sermón como los de la misa dominical, diciéndome tonto y ensanchando la preocupación de que un niño de mi edad anduviera sólo por la calle.
Empezaba a creerme lo tonto, pero miré a través de la reja el patio escolar y una imagen me entusiasmó al instante: era la primera vez que miraba la escuela en horas de clase y no estaba yo dentro. Sólo se escuchaba el rumor de las aulas y ninguna voz era la mía. Miraba todo extraño y extraña era mi sensación al descubrir que yo existía aún sin lo que cotidianamente me rodeaba: una mamá, un horario, un lonche o un aula de clases.
—Anda, vete al salón y que no vuelva a suceder— dijo la directora nalgueándome. Lo hice con gusto, pues quería saber lo que se siente entrar sin que te lleven de la mano.

22.2.10

Papalotzi 17

Ya circula el número reciente de Papalotzi y se presentará este viernes 16 de febrero a las 8:00 P.M. en el Centro Cultural Mixcoacalli, ubicado en Contreras Medellín 276. La entrada es libre.
Este número es una edición especial de Lenguas Vivas. Escriben algunos de los mejores poetas en lenguas indígenas del país, como Juan Hernández Ramírez, Natalia Toledo, Mario Nandayapa, Ismael García Marcelino y Natalio Hernández, entre otros. ¡Te esperamos!