28.9.16

Homenaje 7354 a Hugo Gutiérrez Vega

Esperé un año y un día, Hugo, para escribir
este homenaje que me sale sin cuerpo
y debo atarlo como a un borrico cimarrón.
Un homenaje-no-homenaje
lejos del paraninfo o de la cátedra pomposa.
Esperé que enfriaran los corrillos de tu muerte
o el diluvio de retratos a tu lado:
amigos y no amigos
sonrisas de uno y otro y otra y otros.

Aquí, en la soledad, te encuentro desnudo
haciéndole al ángel
sin diploma ni más presea que el recuerdo.
Intento emparejarme a tu voz de poeta
que sí habla con pájaros
y vuelve a las Capuchinas de Lagos
por la ventana.

Sólo puedo compartir
un puñado de cosas este día:
las nubes borregas de Comanja,
el aroma de una calle queretana,
un atascón de jocoque y cueritos
(aunque el médico diga no),
tu mano en el talle de Lucinda, un poema de Alberti
y ululantes olas egeas reventando en la roca.

Ese es mi homenaje, Hugo.

Lo demás es faena.