22.12.08

Castelán y el power point



Álvaro Enrigue, uno de los escritores mexicanos de mayor proyección en nuestros días, publicó este año la novela Vidas perpendiculares, en la que el personaje central es Jerónimo, un niño que recuerda sus vidas pasadas. La novela plantea un entorno conservador que no “entiende” a Jerónimo, por ello procuró a Lagos de Moreno como escenario. “Yo creo que si vas a escribir un libro sobre doble moral, debería empezar en Lagos de Moreno siempre. Es la cuna de la doble moral mexicana", declaró hace unos días a El informador.
Esta aseveración de Enrigue es penosa y habrá de encender a muchos laguenses iracundos, pero es certera y viene al caso ahora que circula en internet una cadena anónima en power point, atacando al doctor Roberto Castelán Rueda, rector del Centro Universitario de los Lagos, a quien se le señala de promover el vicio y actividades “inmorales”. A mi cuenta ha llegado por lo menos de diez contactos.
Habrá quien considere esta carta como una defensa al doctor Castelán. La escribo más bien como una defensa a la inteligencia de los laguenses, a sabiendas que no todo en esta noble tierra es fundamentalismo, doble moralidad, cerrazón, sinarquismo y “buenas conductas”.
Todo el escándalo se debe a una breve escena en el pasado Congreso Nacional de Contracultura, cuando Rocío Boliver, La congelada de uva, exhibió y manipuló sus genitales durante un performance en Casa Serrano. No puedo emitir un juicio en relación al performance, ya que no estuve presente, aunque considero que debió celebrarse en otro sitio, debido a la presencia de los “sensibles” que nunca faltan y que llegaron y permanecieron por voluntad propia. También creo que el Congreso de Contracultura debe reestructurarse, pues en los últimos años ha venido a menos y requiere la participación de voces alternativas a las que hasta hoy se han presentado.
He visto a La congelada de uva un par de ocasiones, una de ellas en la célebre noche del Bar Lagos. Seré franco: no me espanta pero tampoco es de mi completo agrado. Es uno de esos personajes controversiales a quienes será necesario interpretar con paciencia. Lo que no saben quienes emitieron el famoso power point es que le acaban de dar la razón. Ella pretendía atizarles la lumbre. Ingenuos.
La congelada se ha convertido sólo en un pretexto para linchar a Roberto Castelán Rueda (quien se ha destacado por promover actividades de extensión en la localidad, con eventos como el Seminario Internacional de Verano o el Otoño Cultural, en las que participan artistas, investigadores y académicos del estado y del país), cuyos detractores abundan, sobre todo en los salones del ayuntamiento y en grupos de ultraderecha. Es también un pretexto para encender el encono añejo entre un ala de la sociedad laguense y la Universidad de Guadalajara. La foto de La congelada va y viene por todo Lagos bajo la consigna de imagen pornográfica, generando “doctas” opiniones sobre la cultura, la pornografía y el quehacer de las instituciones públicas. Me parece extraño que todo mundo califique un evento artístico y que durante todo el año (o todos los años de su vida) no haya hecho una mínima reflexión, una reseña o un comentario acerca de una conferencia, una presentación editorial, una exposición plástica o una puesta en escena. Nadie comenta un libro o debate sobre las políticas públicas. Eso sí, todos somos una eminencia en box y futbol.
A esto hay qué añadir las arrebatadas opiniones del diputado local, del propio Castelán y del presidente municipal, en un enfrentamiento que parece no tener fin.
A esta discusión se han sumado también grupos intolerantes de la derecha que se levantan como portadores de la decencia y las “buenas costumbres”, emitiendo juicios y colgando mantas denostando al rector, cuando sabemos de qué madera estamos hechos los laguenses: personajes públicos o anónimos y “claros varones” que todos los fines de semana nos emborrachamos; algunos son generosamente corruptos y los domingos se santiguan en la parroquia del Refugio; otros le ponen el cuerno a su mujer (y visceversa); algunos son fieles al Flamingos o al Villa de Lobos; a otros les gustan las chicas malas de El troquero; hay también señoras decentes que engatusan muchachitos; otros establecen su antro con lo que les proporciona la administración pública; tambien hay matones, abusadores, drogos, tahúres, prostitutas, cleptómanos, lascivos, extorsionadores, pendencieros y exhibicionistas. Y conste que no estoy señalando a alguien en especial. Esta es una práctica común desde que llegaron los primeros españoles a esta tierra: una gavilla de personajes con reputación tambaleante, esclavistas y amancebados con indias tlaxcaltecas.
Quien debe preocuparnos no es una performancera que expone su concepto del sexo, sino aquellos que lo cubren de tul y por la noche le dan alas negras, aquellos que arrojan la piedra y esconden la mano. Quienes comulgan y a la vuelta sacan el mazo.
Afortunadamente, Lagos de Moreno es también una ciudad de limpias conciencias y personajes respetables. El contexto oscuro es materia para que se cultiven los librepensadores. Ante esa inercia conservadora debieron resistirse Pedro Moreno, Agustín Rivera, Mariano Azuela o Manuel González Serrano. Hoy, gente como Álvaro Delgado, es digna de reconocimiento.
Este texto no lo escribo, como se pensará, enconado, sino con una profunda tristeza, al percatarme que en Lagos de Moreno los debates no tienen la palestra del diálogo y la inteligencia; circulan a base de cadenitas anónimas y chisme de lavadero. De oscurantismo, pues. El mensaje chantajista de los ejércitos morales, ese sentimentalismo aprendido en las aulas de Televisa y Provida, puede ser abatido con la educación, el conocimiento y el uso del intelecto. Mientras eso no suceda, Lagos seguirá, como lo sabe Álvaro Enrigue, en un hoyo de doble moral.
Ya lo comenté arriba. Quien debe estar dichosa es La congelada de uva, pues obtuvo su propósito: hacer encabritar a más de un “decente”.

Del Comictlán a Raskolnikov


El orgullo de la ciencia es humilde
comparado con el orgullo de la ignorancia

Agustín Rivera

Hace un par de meses asistí al Comictlán: “La más grande convención de comics de la galaxia”. Esperaba ver los tradicionales frikies disfrazados de Batman o de Chubaca, pero en su lugar encontré una orda distinta: otakus, necos, lolitas y demás simpatizantes del anime y del manga. En los stands no se vendían La Familia Burrón, Kalimán, El bulbo, Asterix o Condorito, ni siquiera encontré un número de The Darkness, sino revistas japonesas, cosplay japonés y todo el ajuar de los personajes de Naruto. Fue, a mis ojos, un mapa de la uniformidad aplastante al servicio del mercado, que ha sabido cercar a grupos como estos y dotarlos de su alimento.
¿Dónde quedaron Supermán y el Capitán América? Han emigrado a otros cotos sociales, seguramente, como la contracultura ha ido desconociendo poco a poco a Burroughs, a Ginsberg y a Frank Zapa, que cada día son más bien objeto de culto para el Guggenheim y para las grandes casas editoras.
A principios del siglo XXI, La contracultura no es un ejercicio privativo del arte, ni tiene apostolados. Ya no se sostiene con los paradigmas de los sesentas, del beatnik, del rastafari, de la psicodelia o de los alternativos noventas, pero tampoco tiene el rampante slogan de “las minorías”, si consideramos que las oligarquías y el Fondo Monetario Internacional son también minoría.
La contracultura está en los anónimos y no en el personaje de escaparate. Está en el mara salvatrucha, el norte y el sur de las bandas angelinas, los “ocupas” catalanes, la comunidad lésbico-gay, las tribus urbanas, los colectivos de la periferia, las revistas independientes, los bloggeros y esa comunidad latente y por ratos absurda que se regocija con “el Canaca” y con un gordito que grita “yaa weeey”. Es la misma masa de anónimos que amputó la g del güey y le puso una w, recordándonos que después de todo vivimos sujetos al dominio anglo.
La contracultura es en realidad una red de contraculturas que no tienen espacios de holgura suficiente y se han visto forzados a pulverizarse por canales domésticos: el Internet, la autopublicación, la toma de la calle, la autogestión, buscando canales distintos a los de los medios tradicionales, a fin de apersonarse frente a entidades aplastantes (como MTV, Televisa o el estado mismo) que monopolizan la estética juvenil y los criterios de convivencia.
Podemos decir que las contraculturas son, en el mapa de la ciudad, una red de ratoneras, llámense comunidades web, colectivos, ONG’s o esfuerzos comunitarios. Cada uno, en su coto, eleva sus templos como aquellos anónimos constructores de catedrales góticas, aunque en diminutos territorios.
Al igual que en la cultura institucionalizada, florecen campos de charlatanería de los que debe uno cuidarse. Recuerdo a Lucía Etxebarría, una poeta gallega a quien yo admiraba, que ahora se renta para Televisión Española y Antena 3 en entrevistas de supuesta irreverencia, pero que no son sino vanalidades. Tendré que volver mi culto a Avelino Pilongano, ese acampanado y florido vate (casi un emo) que nunca se prestó a becas y dádivas del FONCA, ni a los medios electrónicos y que vivió en completo agasajo de la flor y la palabra.
Pensar que la contracultura se construye andando drogo por la galería de arte o tomándose una cerveza al tiempo que se leen poemas bukovskianos no es espectacular ni tiene el mínimo impacto, pues eso siempre se ha hecho en los círculos comunes de la cultura y del arte, desde los banquetes griegos a las bacanales posmo y de Bellas Artes o el Sojo a la más modesta casa de cultura rural. Son más bien actos institucionalizados por la intelectualidad en los que la contracultura sólo contribuye con el apelativo.
Tampoco ser subterraneo es privativo de los marginados urbanos, de las grandes ciudades o de la posmodernidad. No tiene linderos ni tiempo. Cito el caso de siete personajes que en Lagos de Moreno tuvieron algún brochazo de contras:
En el siglo XVI, cuando la villa de Lagos apenas se trazaba, habitó un poeta llamado Pedro de Trejo, quien, a juicio del Santo Oficio, escribió algunas coplas herejizantes y fue condenado a “no volver a escribir coplas” y a servir como soldado en las galeras del reino de España. Algo similar le sucedió al toledano Juan Bautista Corvera, minero de Comanja. Ambos fueron aplastados por el sistema de su tiempo y aún se desconoce cuando y donde murieron.
Ya en el siglo XIX, el poeta Ruperto J. Aldana abandonó su carrera de medicina para entregarse por completo a las letras y al alcohol, motivo por el que terminó internado en el Hospital Civil de Guadalajara en calidad de indigente, donde falleció por congestión alcohólica. Él escribió aquella memorable arte poética que dice:

Yo voy con mano trémula
el vuelo a levantar, color de rosa,
que cubre el fondo ingente donde irradian
los engendros del alma soñadora…

Por esos días, un grupo de profesionistas llamados “Los Farautes” se embriagaban, perseguían muchachas y hacían caricaturas, cuentos y farsas irreverentes. Con los años, uno de ellos tomó el fusil y otro se quedó en la pequeña ciudad a escribir poemas y doparse con las fórmulas de su botica. Uno se llamaba Mariano Azuela (nombre que, por cierto, le heredó a cierto odiosito magistrado) y el otro, Francisco González León. Un tercero, José Becerra, siguió entregado a los excesos hasta los años cuarentas. Sufría de ardor bohemio, coleccionaba gatos y gustaba lanzar comentarios floridos. Falleció en el Hospital Rafael Larios. Cuenta Alfonso de Alba que bajo su colchón encontraron restos de tamales que alguien le llevó de contrabando.
Otro personaje, el pintor surrealista Manuel González Serrano, tuvo una vida atormentada por sus adicciones y su enfermedad mental que lo llevó varias veces al hospital siquiátrico. En una cantina de Lagos solía intercambiar bocetos y acuarelas por alcohol. “Yo he sufrido más que Cristo”, llegó a decir. Perteneció a una familia de “prosapia”, como les gusta a los laguenses, quienes se sienten muy aristocráticos y criollos. A González Serrano eso le importaba un cacahuate y tenía su zona de confort como oveja negra, aunque ahora que su obra es valuada en miles es el orgullo de la casa.
Estos personajes, y los que se multiplicaron desde mediados del siglo XX, sobre todo por movimientos juveniles, tuvieron su periodo de marginalidad, de exclusión, de impotencia o de hastío. Es esta la condición de quien asume su papel en la resistencia al orden establecido y a los poderes fácticos
Si la contracultura es una cultura de excepción, las circunstancias la obligan a tomar nuevos derroteros para abatir la inercia de los aparatos de poder y masificación. La contracultura debe ser subversiva en la praxis (esta palabra me recuerda a los gobernantes priístas de hace unos años), no en la retórica, pues el contestatario de panfleto se quiebra al menor aire. En la revista Papalotzi tuvimos hace meses una experiencia halagadora. Berónica Palacios, nuestra directora, impartió un curso a policías y funcionarios de la PGR. Logró hacerlos leer y ablandarse con algunos textos. Al final publicaron un libro colectivo llamado Las voces ocultas de un policía, el cual, por cierto, se agotó en cinco meses. Esto, a mi juicio, es un acto contracultural en estos tiempos de narcos, policías y charros, como en película de Orol.
Quiero concluir mencionando un método infalible para vitalizar la contracultura. Y éste es, por paradójico que parezca, recuperar a los clásicos y la memoria digna de la humanidad, esos que ahora parecen azotarse ante los ventarrones del espectáculo fácil, la farándula y la globalización yeyé. Rastafaris, góticos, emos, punketos, rupestres, otakus, frikies, hippies, chicos cutter, alternativos e infrasukis podrán encontrarse con los paradigmas que la subversión necesita: un hamlet, una lolita, un raskolnikov, una maga, un jóven werther, un quijote, una antígona o un funes memorioso.

Texto leído en el VI cCongreso de Contracultura

18.11.08

Sentimientos Semidesnudos


Sentimientos semidesnudos es el nuevo lanzamiento de Ediciones Papalotzi, a iniciativa de su directora, Berónica Palacios. Compendia el trabajo literario de estudiantes del sistema semiescolarizado en la Preparatoria 3 de la Universidad de Guadalajara. Voces que buscan un espacio en las letras.

25.10.08

Poesía de Eslovaquia


Eslovaquia es un país joven, no mayor de veinte años, cuya historia está vinculada a las invasiones y a la resistencia. Su dimensión geográfica es menor a la de algunos estados de México, como Durango o Zacatecas, su población es la décima parte de la jalisciense y su idioma, el eslovaco, con dificultad se estudia o se lee fuera del centro de Europa, por no decir de sus fronteras.
Salvo por casos como el de Iván Krasko, los poetas de ese país han permanecido al margen del reconocimiento mundial. A nuestros ojos, son distantes y extraños. Con la finalidad de acercar la literatura eslovaca a los lectores mexicanos, La Zonámbula edita este libro, compilación de Stanislava Chrobáková, con traducciones de Patricia de Gonzalo de Jesús, Alejandro Hermida de Blas y Diana Méndez Roja.
El conjunto reúne obra de los poetas Mila Haugová, Carol Chmel, Iván Kolenič, Erik Jakub Groch, Marián Milčák, Stanislava Chrobáková Repar, Peter Šulej y Martín Solotruk, nacidos entre 1942 y 1970. Pertenecen a la llamada “Generación entre comillas”, caracterizada porque hace su aparición en los años ochentas, en el lapso que precede y procede al desquebrajamiento del régimen comunista. Ellos se consolidan, finalmente, como las voces representativas de su patria durante los años noventas. No vivieron la dureza del estado como su generación anterior ni tienen las facilidades mediáticas de la generación emergente en ésta década.
En este libro encontrará el lector una muestra suficiente para reconocer los canales por los que circula la estética literaria de la actualidad eslovaca, así como la voz de poetas que se confrontaron a sus predecesores y han sembrado nuevas expectativas para la poesía, asumiendo un rol no sólo dentro del arte sino en la geografía social y política en la que les ha tocado vivir. Como señala Chrobáková en el texto introductorio: “Nos alegrará ofrecer a los lectores hispanohablantes interesados este (mitad triunfante, mitad olvidado) pasado de la literatura eslovaca, al igual que su futuro, que se intenta hacer un hueco en el mundo…”


Texto publicado en Papalotzi No. 14

28.6.08

Morelia, letras y huchepos


Morelia es una de esas ciudades en las que cualquiera pudiera bienvivir. Tiene las dimensiones aún no desquiciadas de las grandes urbes, buen clima, orden y belleza. Allá fuimos Bero y yo los días seis y siete de junio, pues se celebró el Tercer Encuentro de Letras Independientes, convocado por el Colectivo Paracaídas en el Museo del Estado. Nos acompañaron Mario Z Puglisi y Mayra Ramírez, editores de Meretrices, nuestra zorra culta de la ribera chapalense.
En la primera jornada, el viernes seis, se celebraron una mesa redonda con mucho blablablá y poco trucutrú, un performance, presentaciones de diversas revistas del país y el libro de Omar Avilés La noche es luz de un sol negro. Bero, Mayra y yo intentamos una puesta en escena para presentar el nuevo número de Papalotzi, y aunque para nosotros fue un traspié teatral, al público pareció agradarle.
El siguiente día fue intenso, con actividades paralelas y venta de libros, revistas y artesanías. Mario presentó Meretrices y su poemario Dos triunfos y un poema de amor. Hubo también una emotiva lectura del Mariposario, antología poética, en la que participamos Nereyda DeSombra, Evelia Flores, Berónica Palacios, Mario Z Puglisi, José Luis Rodríguez Ávalos y yo.
En el encuentro destacaron algunos proyectos, como las revistas michoacanas Bunker (dedicada a las historietas), Cronopios o El hilo; el arte visual de la yucateca Ligia Chan Brito; la difusión editorial que desarrolla José Luis Rodríguez Ávalos con La Tanda y otros tantos, revistas y editoriales que se mueven desde la provincia con recursos limitados, pero con la visión de quien impulsa sin miramientos el desarrollo de las letras.
A mi juicio, hubo participaciones extrañas, como la de Erika Torreblanca, una amiguita que charla como viste: en rosa y amarillo pollito. Habló de su experiencia nice en el periodismo y de cómo una columna semanal puede ser in si trata sobre temas “profundos” como los novios, la ropa de moda, las amiguis y el café de Sanborns. Otro negrito en el arroz fue la falta de convocatoria hacia el público local, a pesar de que varios medios de comunicación estuvieron presentes. Esta circunstancia permite poca conectividad entre los escritores y el ciudadano común, y hace parecer que los encuentros literarios no son sino un ghetto de elogios mutuos. Fue notorio, por ejemplo, que ni los alumnos de letras se asomaron al museo. “Están en huelga”, nos dijo alguien de la ciudad intentando justificarlos.
La noche fue divertida. En el hotel, una decena de personas nos apretujamos en la habitación del cantautor Raymundo Colín a beber las aguas locas que preparó Bero y a tocar la guitarra, hasta que una amonestación telefónica de la administración nos ahuyentó. Luego fuimos a un lugar llamado Shabadaba, donde un par de grupos asociados al punk se desgañitaron por unas horas. Fue así que se clausuró el encuentro, del cual nos trajimos la amistad de escritores como Yiria Escamilla, Raymundo Colín, Jesús Baldovinos, Edgar Pérez o Armando Pacheco.
El domingo por la mañana es apto para caminar en Morelia, pues la ciudad tiene la costumbre de levantarse tarde y las calles están libres de tráfico. Bero y yo fuimos a un tianguis de artesanías, a los portales y al Museo del dulce, luego a un mercado donde desayunamos un pozole horrendo. Afortunadamente un par de deliciosos huchepos (que no son sino tamales de elote) salvaron el prestigio gastronómico del lugar.
Por la tarde, nuestro regreso a Jalisco fue lento, ya que decidimos tomar la carretera libre y ser sacudidos por una tormenta en el camino. El campo es verde y oloroso. Las pequeñas comunidades son simpáticas, pero los pueblos y ciudades (salvo Zamora) parecen descuidados: Quiroga es un caos, donde la calle principal es al mismo tiempo tianguis y paseo dominical; Zacapú es triste y Sahuayo ha mutilado gran parte de su paisaje urbano. Por cierto: si a Sahuayo vas de prisa, llégale a la Rica Pizza.
Antes de que la tarde se fuera dormir, y después de pasar Cojumatlán, bajamos por unos cerros pelones y nos topamos con una enorme cama de plata. Ahí estaba la soberbia laguna de Chapala coronada de montañas. Era Jalisco, nuestro hogar.

23.6.08

La ciudad y el rosal (Sergio Fong)

Este libro, poemario de Dante Alejandro se pudiera seccionar, leer de atrás para delante o al vésre. Igual de a medias para adelante o para atrás. Pienso en el acierto, en el poema de largo aliento de La ciudad del rosal, de alguna manera construido con la metáfora de la rosa, de la planta, la flor y la semilla. Una ciudad volátil sobre la imagen del poeta, alusión o alucinación, posible o imposible, vivirla o sobrevivirla, como ser o inser. La parte inicial del poemario nos habla de cierta visión poética del personaje recóndito; el Murciélago, el cual emite una visión sentimental sobre el encanto, la sorpresa, el asombro, la emoción de mirar el mundo. ¿De cabeza? (Esto es mío), esto de Dante: Hoy es antártica la hora: se alarga después del almuerzo / desprende trozos de cal, adobe, (a qué huele el adobe?) letanías en nuestro lomo / dice: quietos
Todo es pardo bajo el silencio (como en la noche los gatos) que precede la hora de otros (la del cardenal, la de Emilio):
la no nuestra, sino del temblor
del sueño a la deriva de un plumero
resquebrajante
me acurruco a ti: somos estalactitas
cuando viene a la ciudad el amanecer.

Quisiera imbuirme en los textos, desplayarlos con la intensión de estimar su lectura y que el público recree, a partir de la forma en que están escritos la literatura de Dante Alejandro. Pero yo quiero invitarlos a que lo lean, a que encuentren en ellos el valor del creador, su lenguaje, la metáfora, sus imágenes, la construcción de su poética.
Mundo, es la primera parte del poemario, en esta encontramos Murciélago, poema con diversas tomas, evocaciones y subvisiones sobre el mamífero volador, personaje oscuro familiarizado con el misterio que bebe sangre y algo tiene que ver con la inmortalidad. Luego, El Mundo en el cual no deje de sonar el rumor con que están sostenidas las ciudades :

Hay un poema humano prensado en su garganta.
Lo postergó en el umbral de una noche igual a otras
a la salida del Variedades
Había un vendaval del norte
arrancando murmullos en la esquina de San Gabriel
y la luna, acongojada, quería ser postal
(casi Eluard).

Y voy para atrás y ahora dice, en uno de sus tiempos (el XVI)

Soledad aquí, bajo esta lluvia deshilachada del corredor
la ciudad se ha vuelto un líquido de plomo
un sudario
¿Qué hago en medio del fango ahora que todos se han marchado?

Esta segmento de Mundo nos trae otros poemas: Curva, Testigo, Las últimas tardes, La palabra que citó, por creer en la del autor, que desenfunda, sablea, y la esgrime.

La palabra

La palabra extrema
Desdice al poeta
Lo clava en su justa penitencia

Qué entera
Que solitaria
La palabra extrema

Y con ese poema me regresaría al movimiento IV y chillar de murciélago

Para nosotros no hay casa: hay rincones
Vértices que guardan escalofrío / nido de intrusos
Batir de mariposas beatas
A solas hicimos nuestra patria / a golpe de urdir la caza
salir como truhán, poner sienes bermellón al alba
dejarse morir en las alturas del cielo raso
a donde no llega la sustancia de un domingo
(futbolero-o de servicio religioso)



Quisiera un día tener hogar, ser vicario
Labrar en la cantera el salmo de los míos /
Son dulce la noche y el espejismo donde moro.

Mi patria es insurrecta para quien construyó la casa
/ no sabe: somos la carne que nos convidó su dios.

Decía entre otros poemas
También hay dulzura, miel, amor, sexo, pasión

Dardos Brasa Azul

Pásenle a lo barrido, abran el libro como abrir la puerta del autor que nos convida, a tomar de su tiempo y su visión de mundo, a degustar la vida. Ese mundo que se derrite: un poema en la bóveda del mundo / es una gota por caer.

No quería decirles, estos versos, pero me regreso y término con ellos la parte de Mundo, abran bien las orejas:

De poema Dardos:

Sabes a versos de bruces / a dorso desnudo
A sal, a deseo de labio

De Brasa:

El rojo / la carne viva de tu hombro
Su lengua y las persianas por donde no asomara la noche.


Y Azul:

Quiero tus labios
Nada más tus labios entreabiertos
Y en la pupila una aurora de ámbar

Quiero tus labios erguidos
En el jugo de mi boca

(O al revés).

A continuación la ciudad del rosal


La tristeza es quieta y es mía
Todo aleja la tristeza.

La segunda y final es rosal con otros poemas, pero para terminar diré:

Apuraría la copa, liturgia de los sin mar, dice Alejandro.

La ciudad y el rosal es un poemario donde Dante Alejandro se da el gusto de reconocerse en la otredad, a través de la tronera que inventa como poeta.

Apuntes varios:

¿Qué es lo que nos dice el poeta en sus versos? ¿para qué tomar el libro y recorrer sus líneas escritas?
Ahí mero es, donde hincó su colmillo el crítico.
La literatura es un enlace entre quien entrega sus sentimientos y emociones a quien tengan el gusto y/o el placer por su lectura.
Hay muchas cosas que decir:
Festejar un libro no es cualquier evento.
La feria municipal tan gastada.
Guadalajara es la ciudad con una de las ferias más importantes del libro y la cultura a nivel internacional.
La palabra gira en torno a la imagen con el objetivo de dirigir el sentido, despertar en el otro (lector) un sentimiento. Dispararte y no morirse, esto es una metáfora, podría no tener sentido. Pero si alguien muere en el acto podría despertar un sentimiento, de dolor, de tristeza, de coraje, de impunidad. Pudiera pegarnos en el corazón, en el hígado o en un riñón, o en la mente directamente y no morirnos de muerte natural sino por sistema.

Es decir de que sirve estar aquí, si no le importa a los políticos, si nos matan la existencia con sus me vale madre, si cuando la vox del pueblo, que era la vox de Dios se levanta como protesta y lo que recibimos son mentadas y no precisamente de menta, pero si de un demente. Por eso las palabra que hila el poeta, recaen en su significado; en ellas encontramos la parte existencial del hombre que las escribe, de un artista que trasmina un estado de ánimo con sus vertientes culturales, visiones políticas, líneas ideológicas, broncas sociales que describen al ser descubre su esencia.

Termino:

El viento se encapricha
Como si fuera un dios
Y el silencio de plata
Construye con la ira.
La sirena rasga vientos,
La noche no levanta.
Otra vez el alcalde y los demás
El alcalde y los otros
La patria entregada
Al estómago del ramplón
Es un azul a medias
Lo que le queda
Al cielo y un azul herido de hiel,
Sin el calor de un sol
Y con los brazos colgando.

9.6.08

Historias de cantina


La revista Papalotzi te invita a participar

en el primer concurso de cuento breve


Historias de cantina


Bajo las siguientes bases:


1. Podrán participar todos los escritores mayores de dieciocho años residentes en el país, presentando un cuento alusivo a la vida de las cantinas. Si el cuento se escribe en una lengua distinta al castellano, deberá incluir su respectiva traducción.

2. Los interesados podrán participar con un sólo cuento, en tres copias, bajo pseudónimo, con una extensión máxima de tres cuartillas escritas por una cara, fuente Arial, 12 puntos, a doble espacio. Anexarán un sobre cerrado que contendrá la identificación del autor: nombre, domicilio, teléfono y correo electrónico.

3. Los trabajos deberán enviarse a la siguiente dirección: Calle Montecristo No. 2210, C.P. 44379, Guadalajara, Jalisco.

4. La fecha límite de recepción de los trabajos será el 20 de julio de 2008.

5. Quedan fuera de concurso los miembros de la revista y sus familiares, así como los trabajos que no cumplan con la presente convocatoria.

6. Se integrará un jurado calificador con solvencia moral y trayectoria literaria, el cual emitirá su fallo el día 22 de agosto de 2008 con carácter inapelable.

7. Los miembros del jurado se reservarán el derecho de otorgar menciones honoríficas.

8. Los premios consistirán en· Primer lugar: publicación del cuento en Papalotzi, diploma, dotación de libros, morral, libreta y camiseta Papalotzi; botella de tequila y una caja de sal de uvas.· Segundo lugar: publicación del cuento en Papalotzi, diploma, dotación de libros y botella de tequila.

9. El comité organizador notificará el resultado vía telefónica y/o correo electrónico a los ganadores y los premios se enviarán mediante correo convencional.

10. Los trabajos no seleccionados serán incinerados, manteniendo el anonimato de los autores.

11. Cualquier circunstancia no prevista en la presente convocatoria será resuelta por el comité organizador.


Fotografía: Harry Olds

4.6.08

Poemas del Sueño y la vigilia


Este preámbulo debe ser breve. La poesía lo es y no deja maderos rotos en su arena. Poemas del sueño y la vigilia también procura esa brevedad: es un libro discreto, apacentado en la palabra de a pie y en la recuperación del recurso sencillo. Quien es sorprendido en posición de asombro y sin aspavientos tendrá una lectura grata al recorrer sus páginas.
Poemas del amanecer, la primera parte, está constituida en su mayoría por marinas, en las cuales levitan el amanecer y el amor, la marea y los hombros de la mujer, el horizonte y el lecho cercano. El sueño y la vigilia son circunstancias intangibles, estados anímicos que regulan los dislates de la supuesta realidad. Un hombre sereno, como lo es José Miguel, asume su labor de termostato ante los embrujos del paisaje, del amanecer, de la piel sitiada o de la compañera amante. Dice que uno es duda, que uno es blandura “y uno cree tener sangre de poeta o muerto, / y meditando / se queda sentado en la mitad de su cerco”; por eso se convierte en fotógrafo de las cosas breves y las revela, para que se agiganten, en esa cámara oscura llamada poesía.
La segunda parte da título al poemario. La conforman trece miniaturas de un deambulante (no del sosegado en la habitación), quien procura encaramarse al tiempo, a las calles y a los “lentos días”. Todo rebota cuerpo adentro, como en estos versos: “Cuando cerraste los ojos / apareció la voz, / un puente como relato / en el que ocurría / lo simple y lo extraordinario”.
Parte de guerra cierra el poemario. Es denuncia y es el hierro de quienes reciben el golpe de los poderes bélicos, esos “de abajo” que describió Azuela, un coterráneo del autor. Aquí no hay proclamas políticas o justicieras, sino la voz de quienes no tendrán más remedio que permanecer en los recovecos de la sociedad, con la amenza permanente de un campo minado llamado mundo. “Tal vez, más que antes / se está solo / y la vida es humilde”, dice el último poema, cerrando así la (para otros) inacabable esperanza.
Este es el segundo libro de José Miguel Becerra. El primero, Latitudes del Hombre, fue publicado por el Centro Universitario de los Lagos en 2005. Como promotor cultural ha mantenido, por casi tres años, la revista Mientras pasa la tarde, en la cual ha cobijado a diversos escritores, ilustradores e investigadores de las ciencias sociales en el centro de la República. Me he enterado que dicho proyecto hará una pausa por motivos económicos. No es esto más que un parte de guerra en una sociedad que requiere urgentemente del sueño y de la vigilia sensata para seguir de pie.


Prólogo al libro Poemas del sueño y la vigilia, de José Miguel Becerra, Ediciones Mientras pasa la tarde, Lagos de Moreno, 2007.

2.6.08

En Yahualica


Gracias a la Red de Red de Revistas Independientes y la Dirección de CUltura de Yahualica, tuvimos la oportun idad de presentar nuestros proyectos editoriales.

30.5.08

Mayo




Tres eventos de mayo.
1. Presentación de Mariposario, antología poética en Lagos de Moreno, el 27 de mayo. Nos recibió Hugo Acosta en Casa Serrano y fue todo un éxito.
2. En Chiapas visitamos a Damián, Ríe y Paco, miembros del grupo de rock Sac Tzevul. Ellos componene en lengua indígena y son, además, activistas serios. Aquí con Bero.
3. Presentación de La ciudad del rosal en la Feria Municipal del libro de Guadalajara, con las gratas palabras de Sergio Fong.

27.5.08

Mariposario en Lagos


Ediciones Papalotzi
y
Casa Serrano
Centro de difusión para la ciencia y el arte


Te invitan a la presentación del libro

Mariposario
antología poética


Martes 27 de mayo de 2008
20:00 horas
Casa Serrano

Entrada libre

7.5.08

Mariposario y Papalotzi 13



En la Feria Municipal del Libro de Guadalajara se presentaron Mariosario, antología poética y el número 13 de Papalotzi. En las fotografías, de arriba a abajo, Reymundo López y Berónica Palacios, nuestra directora, hablan sobre el quehacer editorial de Papalotzi; luego Fritzia, Paty Mata, Arturo Accio y un tal Dante Alejandro; finalmente, una representación escénica con alumnos de la Prepa 3. Al fondo, Accio y Bero.

24.4.08

Fusión y letras

Durante los días 24, 25 y 26 de Abril y desde las 6.30 pm. en el café La Salvia, ubicado en Lerdo de Tejada No. 1969 casi esquina Américas, se llevará a cabo el encuentro estatal de escritores jóvenes, Fusión y Letras. Cada día habrá tres mesas de lecturas acompañadas por una banda en vivo. Se contará también con la venta nocturna de las editoriales independientes más importantes de Guadalajara: Arlequín, Alforja, Mantis, Literalia, Paraíso Perdido, Zonámbula, y la librería rodante el Aguaje. Como invitados especiales estarán Jorge Souza, Patricia Medina y Dante Medina. Organizan: Neri Tello, Zahira Rico, Juan Cervantes, Omar Sánchez Villegas, Federico Jiménez, Juan Carlos Gutiérrez, Marina Trujillo, Oscar Javier Esquivel Zepeda, Zahira Esquivel y Margarita Torres.

24 de abril
Jorge Souza
Elba Marina Trujillo roque
Ingrid Valencia
Jonathan Berumen
Víctor Cesar Villalobos Villaseñor
Patricia Mata

Carlos Cortés
Fanny Enrigue
Marco Octavio Contreras Delgado
Antonio Marts
Juan Carlos Gutiérrez

Nadia Arce
Blanca Batís
Blas Roldán
Hugo Plascencia Madrid

25 de abril
Dante Alejandro
Federico de Jesús Jiménez Huerta
Fernando Carrera
Carlos Vicente Castro
Patricia Medina

Maribel Castorena
Fernanda Iñiguez
Hector de Anda
Abril Medina
Luis Eduardo Guzmán

Dora Moro
Zahira Rico
Berónica Palacios
Rafael Castillo

26 de abril
Dante Medina
Miguel Ángel Leos
Mauxi Ornelas Kobayashi
Juan Antonio Cervantes
Manuel Romero
Omar Sánchez

Paola Zulaica
Diego Villaseñor
José Ascencio
Xe hal
Alejandro Zapa
Iliana Ávalos
Adriana Leal

Leticia Cortés
Benjamín Orozco
Nayelli Sánchez
José Antonio Neri Tello
Álvaro García
Héctor Palacios
Angélica Maciel .

18.4.08

Papalotzi 13


Esta noche, a partir de las 19:30 horas, se presenta el número 13 de la revista Papalotzi. La cita es en el centro cultural Mixcoacalli, en Guadalajara. Habrá jaraneros y sorpresas.
Disfruta de este nuevo número con los textos de autores como Oscar Palacios, Sergio Fong, Martín Mérida o Xmal Méndez, así como con la obra plástica de Oswaldo Martínez, Conrado Contreras, Salvador Rodríguez o Gerardo González Alonso, entre otros.

15.4.08

Cartón


En el estudio de Jorge Ulloa se celebró hace años una reunión de las que acostumbraban pintores, poetas y similares de Lagos, con algunos litros de alcohol, cigarros, música y charlas redentoras. Por supuesto, nunca se llegaba a una resolución productiva en la velada pero, eso sí, la cruda del día siguiente era muy artística.
El estudio estaba entonces en el edificio funcionalista que ocupa la esquina sureste de Madero y Agustín Rivera. Ahí conocí a Gerardo Gómez Moreno, mejor conocido en el inframundo como “Aluminio”. Él llegó por invitación de su compadre Lázaro Prado y desde entonces somos amigos, a pesar de algunos momentos de divergencia y de quejas mutuas.
El círculo de artistas en la ciudad era (y es) reducido, así que coincidíamos en las actividades del taller literario El tlacuache, de Contracorriente en Provincia y del Jardín del Arte. En este último grupo, Gerardo era un entusiasta miembro y cada año organizaba un festival con artistas plásticos, poetas, músicos y espontáneos, el cual terminaba en un festín de varias horas, al cual acudíamos sendos gorrones.
La personalidad de Gerardo es difícil y no cómoda para algunos. En ocasiones exaspera y en otras, de plano, enemista. Su pasatiempo favorito es sacar de quicio al que está enfrente. En lo personal, a veces me ha caído gordo, y qué, pero también admiro su terquedad cuando se propone un proyecto, ya sea de escultura, de promoción al arte o, como en este caso, de periodismo.
Fue hace un año cuando me invitó a participar en un semanario que llamaría El cartón y cuya sección principal sería destinada al género de la caricatura. Le entregué una colaboración dudando sobre la certeza del proyecto, pues en Lagos de Moreno todos hemos hecho un periódico o una revista alguna vez y sólo un par se han sostenido más de un año.
Mi pesimismo fue vencido. El cartón sigue de pie y ya le están saliendo dientitos. A un año de su nacimiento intentaré hacer una descripción de este medio: se trata de un semanario en formato tabloide, a color, con una docena de páginas y que cuando sale de la imprenta está calientito. En la portada, generalmente vive un cartón alusivo a las últimas noticias en Lagos de Moreno, en el cual son personajes recurrentes dos o tres políticos acostumbrados a dar la nota.
Los interiores están destinados a los colaboradores, pues El cartón no es sólo noticia. Esta queda relegada a la fila de atrás, ya que el cuerpo de la publicación se abre como bahía a la participación de columnistas en diversos temas, desde la educación sexual al arte, pasando por la administración pública y la crónica callejera. Pensemos que en Lagos hay preocupación por los temas sociales, culturales y políticos, no sólo por el acontecer policiaco y los balazos. Eso lo pueden decir otros medios respetables como Radio Universidad de Guadalajara, La voz alteña, de Carlos Gómez Mata y Nuevo milenio, de Guillermo Chaim.
En seguida vuelvo, voy a brindar para que El cartón llegue al segundo año con la misma terquedad, herencia de su papá Gerardo Gómez Moreno.

27.3.08

Guacamayas underground



Hay una rica torta de duro de cerdo, popularizada entre los estudiantes de León (Guanajuato) hace unas décadas, ya que era un alimento económico para consumir entre clases. A ese tentempié se le conocía como “torta del estudiante”. Hoy tiene nombre de animal (quien sabe por qué): guacamaya.
Las guacamayas se andan emparentando con la torta ahogada de Guadalajara o con la defeña torta de tamal por su sabrosura y porque las podemos localizar en cualquier esquina. La receta se ha extendido de León a ciudades vecinas, como Silao, Guanajuato o San Francisco del Rincón.
Lagos de Moreno es hoy la sede jalisciense de las guacamayas y una especie de cuna underground, con su propia dinámica guacamayera. Hay, incluso, quien afirma (con más osadía que pelos de burra en la mano) que la receta salió de acá. Existe un corredor en la callejuela República, donde se venden las deliciosas guacamayas y sus parientes en primer grado: los duros enchilosos y las tostadas de cueritos, pues en esta ciudad los encurtidos son obra divina. Hay también carritos en la Calzada Pedro Moreno, en el Jardín del Panteón y en algunas esquinas de barrio. Para muchos laguenses, una dosis de este manjar es ritual los fines de semana y es imprescindible a quien pisa los dominios del alcalde jambarse una “bien enchilosa”.
En León sucede lo mismo, pero con malévola gracia; se acostumbra “bautizar” a los visitantes llevándolos a un puesto de guacamayas y dotándoles una que contenga escondido un chile habanero. Ellos sufrirán hartamente y terminarán en el w.c. con ardores al sur de su cuerpecito, pero sólo entonces se considerarán bienvenidos a la capital zapatera.
La guacamaya es un alimento rupestre, callejero, de hambreados oficinistas, crudos o domingueros. En los anales de la fast food será más canija que los macdonals, los quentoquis, las maruchans o las pizzajots, sencillamente porque es casera, accesible a toda hora y su receta luce al cheff menos agraciado. Basta con mandar al niño a que compre bolillos y duro delgado (o chicharrón) de puerco, mientras se prepara una salsa cruda con jitomate picado (de preferencia ese larguito que se conoce como saladet), chile de árbol debidamente martajado o molido, cebolla picada y una pizca de sal. Si uno quiere ser ortodoxo, habrá que dejar la salsa terriblemente picante.
La forma de preparación es de quinto de primaria: al bolillo se le abre una boca al costado, de modo que se asemeje a un pac-man, luego se le retira el migajón y se rellena con trozos de duro hasta dejarlo choncho. Hay que agragarle salsa al gusto (algunos preferimos tal cantidad que ablande el bolillo) y luego exprimirle jugo de limón. El resultado es para hacerse agua la boca, sobre todo cuando el hacedor tiene ya maestría.
Como todo platillo y a pesar de su sencillez, tiene sus variables y sazones múltiples: puede clasificarse en grados de picante, se le pueden agregar cueritos en vinagre, ya sean blancos o de duro, rebanadas de aguacate o hasta queso, según la exigencia del voraz comensal.
A mi me gustan las guacamayas del panteón. Las paladeo sentado en una jardinera y con una coca cola. Si hay suerte, de vez en vez pasa algún cortejo fúnebre mientras la salsa escurre, los árboles se mecen y la lengua comienza a arder.




Colaboración para el semanario El Cartón.

8.1.08

Mariposario, antología poética


Ya está a la venta Mariposario, antología poética, libro con el que se funda Editorial Papalotzi. En él encontrarás una muestra de poesía con el tema de las mariposas, en voz de los autores: Aída Valdepeña, Alejandro Campos Oliver, Ana Laura García, Angélica Santa Olaya, Alma Gloria Salazar, Arturo Accio, Arturo García, Berónica Palacios Rojas, Daniel Wence Partida, Dante Alejandro Velázquez, Evelia Flores Ríos, Fernando Esteves Pinto, Fernando Villaseñor Ulloa, Fritzia Carranza Rodríguez, Gabriela Juárez, Georgina Hernández, James Tipton, Javier Malagón, Jorge Orendáin , José Luis Rodríguez Ávalos, Juan Carlos Vázquez Cabello, Lib. Rivera, Mario Z. Puglisi, Martín Israel Rosales, Miguel Muñoz, Nereyda De Sombra, Omar Rojas, Patricia Mata, Reymundo López Robledo, Sergio A. Martín del Campo, Victor Manuel Vázquez, Xmal Méndez y Yolanda Ramírez Michel.
Para saber cómo y donde adquirirlo puedes escribir a colaboraciones_papalotzi@yahoo.com


Características de la edición:
14 x 21.3 cms
80 páginas
Interiores en papel cultural
Exterior en papel couché
Portada en color
Con solapas