Pintura, Celia Lacayo
El año pasado, la Universidad de Guadalajara publicó Virtuosas y patriotas, de Roberto Castelán Rueda, un ensayo histórico con el subtítulo La mujer en la modernidad política en la primera mitad del siglo XIX mexicano.
Hace poco más de dos meses, Fátima Montserrat Padilla decidió hacer una adaptación de dicho libro para el grupo teatral del Colegio Orientación. Se trata de varios fragmentos lanzados por los actores a la manera de “poesía en movimiento”, con algunas coreografías relacionadas al tema, música viva y una atmósfera de intemporalidad. A pesar de mis dudas sobre el resultado de este experimento (pues el texto original nada tiene que ver con la dramaturgia), me integré al proyecto escribiendo algunos parlamentos melodramáticos que se intercalan con la prosa de Castelán.
Este miércoles 9 de mayo se estrenó Virtuosas y patriotas en el Teatro José Rosas Moreno. Al concluir la función, los asistentes tuvieron una posición unánime: el trabajo superó las expectativas de una puesta en escena escolar.
Más allá de las limitaciones obvias, es grato el sabor de boca que dejó la actuación, la movilidad de las escenas y la sincronía de estas. La selección de textos no desconcierta y mantiene su eje de trascendencia sin vaivenes, a pesar de lo “ingrato” del tema. Hay, ante todo, responsabilidad en el montaje.
Fátima se estrena con certidumbre como directora, de la mano de un elenco sin aspavientos conformado por estudiantes preparatorianos: Isabel, Fitzya, Ruth, Nancy, Viridiana, Carolina, Fernanda, Gaby, Marisol, Adriana, Karel, Lucy, Elvira, Janeth, Jessica, Gloria, Zoé, Miguel, Gabriel, Juan Carlos y Cristóbal. La producción es de Ma. Guadalupe López González y la coreografía de David Soto.
En breve será presentada nuevamente Virtuosas y patriotas al juicio del público. Lo cierto es que el trabajo de Fátima, de los técnicos y de estos actores debe ser atendido con seriedad, pues aspira a ser competitivo. Es la oportunidad de producir teatro de calidad en la ciudad, con una generación que se ha tomado seriamente su labor.
Hace poco más de dos meses, Fátima Montserrat Padilla decidió hacer una adaptación de dicho libro para el grupo teatral del Colegio Orientación. Se trata de varios fragmentos lanzados por los actores a la manera de “poesía en movimiento”, con algunas coreografías relacionadas al tema, música viva y una atmósfera de intemporalidad. A pesar de mis dudas sobre el resultado de este experimento (pues el texto original nada tiene que ver con la dramaturgia), me integré al proyecto escribiendo algunos parlamentos melodramáticos que se intercalan con la prosa de Castelán.
Este miércoles 9 de mayo se estrenó Virtuosas y patriotas en el Teatro José Rosas Moreno. Al concluir la función, los asistentes tuvieron una posición unánime: el trabajo superó las expectativas de una puesta en escena escolar.
Más allá de las limitaciones obvias, es grato el sabor de boca que dejó la actuación, la movilidad de las escenas y la sincronía de estas. La selección de textos no desconcierta y mantiene su eje de trascendencia sin vaivenes, a pesar de lo “ingrato” del tema. Hay, ante todo, responsabilidad en el montaje.
Fátima se estrena con certidumbre como directora, de la mano de un elenco sin aspavientos conformado por estudiantes preparatorianos: Isabel, Fitzya, Ruth, Nancy, Viridiana, Carolina, Fernanda, Gaby, Marisol, Adriana, Karel, Lucy, Elvira, Janeth, Jessica, Gloria, Zoé, Miguel, Gabriel, Juan Carlos y Cristóbal. La producción es de Ma. Guadalupe López González y la coreografía de David Soto.
En breve será presentada nuevamente Virtuosas y patriotas al juicio del público. Lo cierto es que el trabajo de Fátima, de los técnicos y de estos actores debe ser atendido con seriedad, pues aspira a ser competitivo. Es la oportunidad de producir teatro de calidad en la ciudad, con una generación que se ha tomado seriamente su labor.
La obra un tanto polemica requiere del publico un grado de madurez, mente abierta y responsabilidad ya que la obra cuenta con esenas fuertes mismas que causarien escandalo si en ellas se reflejaran y proyectaran. La obra no habla de otra cosa mas que de la realidad que vivian las muejeres a mitad del siglo XIX donde la mujer simplemente era sumisa y obligada a los mandatos de las leyes puestas por el dedo de un varón... No nos vallamos tan lejos en la actualidad hace muy poco a la mujer se le dio e derecho al voto, la libre expresion e igualdad de generos se vienen dando en los ultimos años.
ResponderBorrarExorto a toda persona interesada que se acerque a las puertas del teatro cuando esta salga en estelar ya que es un trabajo en equipo con calidad, respeto y respondabilidad que de verdad vale la pena disfrutar.
Una mujer salió a disgusto´, diciédome que la obra ponía a la muer como chinche. Algo de razón tiene, pero no debió ponerse el saco
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