Pensé que el 2005 terminaría sin algún grato añadido a mi gusto musical, pero este planeta redondo y gordote siempre tiene buenas nuevas. Pafuera telarañas, disco de Bebe, es mi mejor encuentro de esta temporada.
La escuché por vez primera en una emisora de Salamanca y me llamó la atención su voz agridulce y la letra descalza de sus canciones. Fue Bertha Alicia quien me comentó entonces el éxito que tiene actualmente en España. Bebe nació en valencia. Inició su carrera en un grupo de nombre Vanagloria y, posteriormente, en los círculos de cantautores solitarios. Pafuera telarañas es su primer disco, una fusión de flamenco, sonidos latinos y reggae, en el que involucra a otros músicos ibéricos en plenitud, como Tontxu y Luis Pastor.
Cuando alguien se lo propone puede hacer del pop algo bueno. Yo creo que Bebe es uno de esos casos. Como los olivos, la más vital de sus piezas, es una especie de rumba feliz, con guitarra, metales y scratch, que dice
sobre las caderas se mueve mi falda
con el tintineo de tu risa y tu jaleo,
y al volver la noche me tendrás mimada
bajo una luna de cenizas plateadas.
Hay otros temas recomendables de esta mujer -a veces dolorida y otras partidaria de la denuncia social- como el difundido Malo, Men señará (sic) o Revolvió. Buen inicio de año.
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