Fue un placer cerrar
el 2023 con la recepción de este libro en el que José Espinosa Limón ha vertido
silenciosamente varios años de trabajo, reuniendo y procesando información de
bibliotecas, archivos y repositorios, mediante un riguroso trabajo de campo y
de gabinete. Los fracasados de Mariano
Azuela: un recorrido histórico por Lagos de Moreno de finales del siglo XIX a
principios del XX se une hoy al patrimonio documental de Lagos de Moreno, pues
no sólo revela datos que permanecían en la sombra, sino que abre nuevas líneas
de investigación sobre nuestra región.
Se
trata de una reflexión exhaustiva que realizó Espinosa Limón partiendo de una
obra de ficción, Los Fracasados, para
recuperar parte de la memoria histórica, social y política de Lagos de Moreno
en un periodo que nutriría la potente obra de Mariano Azuela y lo convertiría
en el novelista mexicano más relevante de la primera mitad del siglo XX. Es un
análisis sobre el contexto en el que se gestó esta obra literaria y el poder
testimonial que puede representar la narrativa en el imaginario colectivo.
Si
bien, Los fracasados (1908) no alcanzó
la fama de las obras posteriores de Azuela, es una novela de transición,
escrita in situ por el entonces joven
médico de pueblo, aún sin la etiqueta de la “revolución”, pero superando el
naturalismo de María Luisa, la cual
había sido publicada apenas un año antes y escrita en la década anterior. Como
lo señala Rogelio López Espinoza en el prólogo, y refiriéndose a Azuela, Los fracasados es “producto del análisis
y la observación de la asfixiante sociedad laguense en la cual se desenvolvía”.
Quizá por eso encubrió el nombre de la ciudad por el de Álamos del Sagrado
Corazón, apelativo que también enuncia el ambiente religioso de entonces.
Acostumbrados
a las reseñas que nos hablan de una relativa paz en la primera década del siglo
XX laguense, este libro confirma que no era así, sino que anidaban las
evidentes hipocresías de una ciudad pequeña, motivadas por esa inevitable
convivencia de sus habitantes, quienes no podían desprenderse unos de otros a
pesar de cualquier diferencia ideológica o socioeconómica. Era vigente la
tensión entre liberales y conservadores, entre el poder clerical y el oficial,
entre clases dominantes y oprimidos…
A
lo largo de estos seis capítulos documentados con cuidado y la reflexión que hace
de la obra de Azuela y su entorno, Espinosa Limón enfatiza la preocupación del
novelista por una narrativa verídica, en la que subyacía una identidad
colectiva. Para ello, el novelista utilizó
episodios, expresiones y escenarios locales, así como personas reales para
construir sus personajes, como es el caso del párroco Gregorio Retolaza o de su
amigo el poeta José Becerra, encarnados en la novela por el cura Cabezudo y el
licenciado Reséndiz, respectivamente.
Escribe
José que “si tuviéramos que definir el tema principal en la novela de Los fracasados de Mariano Azuela en un
sentido histórico, éste sería sin duda alguna el de las relaciones existentes
entre sociedad, Iglesia y autoridades políticas en una pequeña ciudad de
Jalisco como lo era Lagos de Moreno a principios del siglo XX” (pag. 117). Es
por eso que dedica uno de sus capítulos a relatar el conflicto político y
religioso sucedido en 1905 en Lagos y que dio elementos para el argumento de la
novela, no sólo como prueba de que las pugnas del siglo XIX permanecían
vigentes, sino que en cualquier momento podrían estallar a mayor escala, como
sucedió efectivamente en la revuelta cristera, dos décadas después.
Por
otro lado, y paralelamente a cualquier conflicto, José muestra los méritos de
dicha sociedad en su búsqueda de “progreso” y “modernidad” material y cultural,
y en algunos de los capítulos se refiere a varios referentes de orgullo
laguense en la novela, como lo fueron el ferrocarril, el tranvía, la fábrica
“La Victoria”, las obras del Padre Miguel Leandro Guerra o el teatro José Rosas
Moreno, entre otros. Si bien, no son elementos fundamentales para la trama de Los fracasados, constituyen los anhelos
de una sociedad en movimiento que buscaba renovarse, y construir sus propios
equipamientos, infraestructura urbana y servicios públicos, aún con las
desigualdades y precariedad de la pequeña provincia frente al centralismo de
las capitales.
Finalmente,
hace hincapié también en los diversos intentos separatistas que desde Lagos de
Moreno se promovieron durante varias décadas, con el interés de formar un nuevo
estado, y que fueron (y son) un síntoma de un permanente acento autónomo e
inconformidad en los laguenses con relación a Jalisco.
Con
este libro, José Espinosa Limón ratifica el valor social que la narrativa de
Mariano Azuela nos ha heredado y la relevancia de Los fracasados con respecto a la personalidad de Lagos de Moreno. A
partir de hoy, debemos seguirle la pista a nuestro joven investigador y esperar
nuevos retos, con libros como el que hoy presentamos, no concluyentes, sino que
abren nuevas vertientes de investigación sobre nuestra identidad.