9.12.06

Esos cielos


Esta mañana terminé de leer Esos cielos, de Bernardo Atxaga, con un grato sabor de boca. La historia trata de una mujer de treinta y siete años que ha salido de la cárcel en Barcelona y vuelve sola en autocar (autobús) a Bilbao, su ciudad natal, en la que perteneció a un grupo terrorista que la ha traicionado y que, a la vez, la reconoce como traidora y “chivata”.
En el viaje, Irene enfrenta dos persecuciones: la de su pasado, que transcurre paralelo al recorrido por la carretera, y la de dos agentes policiacos que la acosan para servir como informante.
La única certeza de la historia es el incierto futuro de Irene y el filo en el que pende la serenidad que busca. No sólo es un viaje literal, sino una metáfora del mismo, en la cual los libros (lleva la maleta llena de estos) y los cuatro años de cárcel son su mejor arma.

Este autor llegó a mis manos por primera vez con Poemas & híbridos (1993), un libro que me prestó Francisco Ramos hace unos años y del que tengo una evocadora impresión; incluso uno de los poemas (“Shola habla de cómo es el mundo”) sería incluido en el malogrado número siete de Tinta nueva. No sabía yo que escribía novela, hasta que me topé con Obabakoak en una librería. Según la crítica, Atxaga es mejor narrador que poeta; a mi me parece que en ambos géneros mantiene un equilibrio de calidad difícil de encontrar en un autor.

Bernardo Atxaga es uno de los más importantes autores en euskera. Nació en 1951 en la provincia de Guipúzcoa, con el nombre de Joseba Irazu Garmendia. Por su novela Obabakoak, que fue un éxito inmediato tras su primera edición, le fue concedido el Premio Nacional de Literatura en España (1988). Ha sido traducido a varios idiomas (él mismo lo hace al castellano) y tiene, entre otros títulos, Ziutateak (Las ciudades), Bi anai (Dos hermanos) y Shola y los jabalíes. Dice de la lectura: ''El momento crucial es cuando los ojos del lector se cruzan con lo que uno ha escrito, cuando uno va a la cama, coge un libro, lo abre y empieza a leer. Ese es el único momento fundamental en esto que llamamos literatura. Además es, curiosamente, un momento secreto, algo que no se da en los best-sellers.”