Pintura: Rachel Daireaux
Sabes a verso de bruces en dorso desnudo,
a sal, a deseo de labio
abrasivo, visceverso
en deshielo.
Sabes, y Dios lo sabe, a veces a savia
sudario de sinamay donde he ardido a diario,
duerme en los dardos de mis dedos y dime
¿dónde anidan mordaza y sudor?
Sábeme y súbeme, aria mía,
embelesa el aire del sur
y si decides: desciende
enciende
en el umbral mi lumbre de malherido
/marea de dunas dromedarias
El silencio y la sombra sabrán de ambos
sedarán la sábana
no el meridiano /no el ámbar de la aurora
Somos dos asidos, así, de humedad y beso alado.
mordiendo el sereno en un ir venir
de aromas, de amor o de no sé qué.
Sabes a verso de bruces en dorso desnudo,
a sal, a deseo de labio
abrasivo, visceverso
en deshielo.
Sabes, y Dios lo sabe, a veces a savia
sudario de sinamay donde he ardido a diario,
duerme en los dardos de mis dedos y dime
¿dónde anidan mordaza y sudor?
Sábeme y súbeme, aria mía,
embelesa el aire del sur
y si decides: desciende
enciende
en el umbral mi lumbre de malherido
/marea de dunas dromedarias
El silencio y la sombra sabrán de ambos
sedarán la sábana
no el meridiano /no el ámbar de la aurora
Somos dos asidos, así, de humedad y beso alado.
mordiendo el sereno en un ir venir
de aromas, de amor o de no sé qué.